A pesar de su amplia disponibilidad, un estudio reciente revela que la mayoría de los conductores australianos no están adoptando por completo los sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS), como el control de crucero adaptativo, la asistencia de frenado y el estacionamiento asistido. La investigación, realizada por la empresa australiana de investigación y servicios mycar, destaca una importante “brecha de confianza” que está obstaculizando la adopción de estas tecnologías que potencialmente salvan vidas.
Disponibilidad generalizada, uso limitado
El estudio encontró que, si bien el 76% de los conductores australianos poseen vehículos equipados con algún tipo de ADAS, una porción sorprendentemente pequeña utiliza estas funciones con regularidad. Solo alrededor del 30% ha usado control de crucero adaptativo o asistencia de carril en su vehículo principal, el 28% ha empleado asistencia de frenado y solo el 22% ha usado estacionamiento asistido. Esta disparidad sugiere que incluso teniendo acceso a estas tecnologías, los conductores son reacios a integrarlas en sus hábitos de conducción.
La “brecha de confianza”: capacidad versus confianza
Según Tom Hatch, jefe de transformación técnica de mycar, el problema no es la falta de capacidad: la tecnología en sí funciona de forma eficaz. Más bien, es un déficit de confianza y comprensión. “Las características como el control de crucero adaptativo y el asistente de carril están diseñados para hacer que la conducción sea más segura y menos estresante”, explicó Hatch. “Sin embargo, sólo alrededor de un tercio de los conductores los utilizan habitualmente”. Enfatizó que estos sistemas pueden reducir significativamente los riesgos de colisión, gestionar la fatiga del conductor y mejorar la eficiencia del combustible, pero la incertidumbre sobre su funcionamiento y confiabilidad es la principal barrera para su adopción.
El futuro de la conducción autónoma: optimismo cauteloso
Esta desgana llega en un momento de rápidos avances en la tecnología de asistencia al conductor. El reciente lanzamiento de Tesla de su sistema de conducción autónoma total (supervisado) en Australia y Nueva Zelanda ejemplifica esta tendencia, incluso si sigue siendo una opción premium que cuesta más de 10.000 dólares. La expectativa es que más fabricantes desarrollen sistemas similares, ampliando la accesibilidad. Sin embargo, el sentimiento actual entre los conductores australianos indica un enfoque cauteloso hacia los vehículos totalmente autónomos. Sólo el 19 % de los encuestados expresaron su voluntad de utilizar un vehículo totalmente autónomo para “la mayoría o todos sus viajes”, incluso con tecnología legal y fácilmente disponible. Además, el 40 % de los encuestados expresó su incomodidad con la idea de ceder el control total a los vehículos autónomos.
Cerrando la brecha: la importancia de la educación
Para superar esta “brecha de confianza”, la educación es clave, según Hatch. “Los conductores necesitan información clara y accesible sobre cómo funcionan estos sistemas en condiciones del mundo real. Eso significa ir más allá del manual del propietario y hacer de la educación vial un proceso continuo”. Esto se alinea con el reciente lanzamiento del Servicio de Orientación ADAS por parte de Austroads, una asociación de transporte de Australasia. Este servicio tiene como objetivo proporcionar “explicaciones simples y consistentes de las funciones de ADAS” a través de hojas informativas y videos explicativos. Un conjunto de herramientas educativas ‘ADAS Assist’ está disponible para acceso público.
Al ofrecer orientación práctica e independiente sobre cómo funcionan estos sistemas, iniciativas como esta ayudan a cerrar la brecha entre la innovación y la adopción.
En última instancia, dotar a los conductores de conocimientos e instrucciones claras fomentará una mayor comprensión y confianza en el uso de estas tecnologías avanzadas de forma eficaz y segura. Este cambio es crucial para maximizar los beneficios de ADAS y garantizar carreteras más seguras para todos.
La investigación de mycar se suma a un creciente conjunto de evidencia que sugiere que los conductores australianos a veces desconfían de las nuevas características de seguridad. Estudios recientes, incluido uno realizado por la aseguradora de automóviles AAMI, indican que los conductores incluso están apagando los sistemas de advertencia de seguridad que consideran “demasiado sensibles”. Otras investigaciones realizadas en los Países Bajos han planteado la preocupación de que el uso del control de crucero adaptativo podría, en algunas circunstancias, aumentar el riesgo de accidentes.
